La infancia es la primera etapa de la vida, en donde el ser humano comienza a desarrollarse física, psíquica y socialmente. En este punto, la importancia de la alimentación y de todos los hábitos de vida que se lleven a cabo tiene un impacto en la salud actual y futura de ese niño o niña.

Hay comidas en las que se evidencia frecuentemente la carencia nutricional y el exceso de productos dañinos. Esto se da, generalmente, durante el desayuno y la merienda. Muchas veces se puede observar esta alimentación inadecuada en el colegio, con lo que llevan de la casa o con las opciones que allí tienen.

Prestando tanta atención en este nutriente no esencial, nos olvidamos de otros sumamente imprescindibles como las proteínas, las grasas saludables, las vitaminas y los minerales naturales. Por querer dar "energía", llenamos a este grupo vulnerable de azúcar industrial altamente tóxica, colorantes, conservantes, endulzantes y demás ingredientes para nada compañeros de su salud. ¡Que no nos engañen! Las galletitas industriales, los criollitos, los turrones, no son alimentos nutritivos.

No debemos vivir en un termo, pero sí saber elegir entre lo diario y lo ocasional. Nunca pueden estos productos ser de consumo diario, debemos saberlo y educar a nuestros niños de ese modo. Las meriendas y desayunos son deficientes en nutrientes, ya que además de incorporar elementos en dosis tóxicas, se limitan otros nutrientes de verdad necesarios para el crecimiento y el desarrollo durante la infancia.