Gaseosas sin azúcares, ¿no aportan nada?

Las gaseosas sin azúcares se caracterizan por no aportar ningún tipo de nutriente, y por lo tanto, no aportar calorías. Hay algunas diferencias entre cada gaseosa, como por ejemplo en los colorantes, el contenido de sodio y/o en los tipos de edulcorantes (artificiales) que contienen, pero en general mantienen una similar composición.

Sin embargo, que no contenga caloría no significa que no contenga otras sustancias, y debemos tenerlo en cuenta porque tienen consecuencias en nuestro organismo.

¿Qué tienen?

Revisemos sus ingredientes principales: agua carbonatada, color caramelo, aromatizantes, acidulante (ácido fosfórico), edulcorante (aspartamo, acesulfame k), conservante (benzoato de sodio), regulador de la acidez (citrato de sodio), cafeína, fenilalanina.

Color caramelo: se emplea en muchos productos industrializados, principalmente en las gaseosas cola. Su consumo en exceso ha evidenciado problemas intestinales y disminución en la absorción de la vitamina B6. Además, una ingesta sobre lo recomendado del compuesto 4-metilimidazol, lo que contiene este caramelo, a largo plazo podría ser cancerígeno.
Ácido fosfórico: se encuentra en muchos productos industrializados. En grandes dosis puede ocasionar hiperactividad y problemas digestivos. A largo plazo puede reducir el equilibrio natural del calcio y fósforo en el organismo, generando una desmineralización ósea.
Edulcorantes: tener en cuenta que por más que no tienen calorías, tienen un sabor dulce concentrado. Por empezar, eso acostumbrará a nuestro paladar deseando cada vez más sabores muy dulces (por lo tanto no naturales). Además, algunos edulcorantes (generalmente los que contienen estas gaseosas) podrían generar alteraciones en el control del apetito, que podrían influir en la ganancia de grasa corporal. Estos compuestos también afectan la flora bacteriana normal, es decir, influyen en el buen funcionamiento de los intestinos. Los que aparecen en casi todas las gaseosas son: Aspartamo: su consumo diario y frecuente puede generar dolores de cabeza, mareos y perdida de memoria, además de ser un componente cancerígeno en relación a su consumo excesivo, tener en cuenta que es un edulcorante presente en muchos productos. Acesulfame k: su consumo frecuente está asociado a problemas neurológicos y a la hiperglucemia y secreción de la insulina, por más que no contienen azúcar pueden generar esa respuesta en el organismo. Además de estar asociado al riesgo de padecer cáncer.
Citrato de sodio: no tiene muchos efectos secundario. Al tiempo y en exceso puede ocasionar corrosión dental.
Benzoato de sodio: en dosis bajas puede producir asma, urticaria y reacciones alérgicas. En grandes dosis, combinada con ácido ascórbico, puede formar benceno, un hidrocarburo cancerígeno. Si se mezcla con sulfitos o con colorantes artificiales puede provocar hiperactividad y otros problemas neurológicos. Su acumulación en el organismo a largo plazo podría favorecer a la formación de tumores.

Por lo que vimos, las gaseosas no vienen tan neutras, ya que las calorías no es lo único que importa. En resumen, podemos afirmar que las gaseosas por más light que sean no son para un consumo habitual ni frecuente, ya que traen consecuencias negativas para nuestro cuerpo y salud. De todas formas, preferiremos versiones sin azúcar (corroborar bien en los ingredientes que no contenga azúcar ni ninguna de sus otras formas industriales) que las convencionales, ya que estas últimas tienen aún más efectos negativos y a más corto plazo.

| Encontrá más información sobre las gaseosas sin azúcares en nuestro Diccionario. |

Por otra parte, debemos tener en cuenta que las gaseosas no hidratan el cuerpo, sino que, al contrario, debemos consumir más agua contrarrestando y eliminando todos los compuestos químicos que nos aportan.

Entonces, ¿las gaseosas sin azúcar son de libre consumo?

Definitivamente no. No solo por todo lo que aporta en contra de nuestra salud, sino que además aumentará nuestra ansiedad por lo dulce, desfavoreciendo a llevar una alimentación saludable y natural y consecuentemente a mejorar nuestra composición corporal. ¡Pero claro que es una opción para momentos ocasionales! Si vemos bien, todas las consecuencias negativas se dan en un consumo frecuente y a largo plazo, por lo que puede ser una opción de bebida, evitando aquellas cargadas de azúcares. Las dejemos para eventos sociales, festividades, salidas a comer esporádicas, pero que no forme parte de tu bebida diaria. Hasta dos vasos a la semana no significaría riesgos para la salud, y nos damos el gusto si lo deseamos.

Como siempre decimos....¡llevemos a la heladeras los alimentos más naturales, menos procesado y más natural!

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