Mucho se habla de que con el paso de la edad el metabolismo cambia, que ya la masa muscular no es tan fácil de obtener, en fin que ya ¡nada es igual que a los 20! Y aunque parece una exageración, a partir de los 30 años se empieza a habla sobre esto, tanto en hombres como en mujeres.

El argumento de la edad es el que más se utiliza para justificar exceso de grasa corporal, dolores de cabeza, articulaciones, y malestares en general, pero ¿es tan así? ¿Todo es culpa de la edad? Por supuesto que no.

No podemos atribuirle la responsabilidad a los años, en todo caso a la acumulación de malos hábitos en el tiempo, pero la edad no es el argumento totalitario.

Se puede notar una diferencia más importante, por supuesto, cuando las hormonas femeninas y masculinas bajan, principalmente durante la menopausia y el envejecimiento, pero aún así los hábitos pueden disminuir esos efectos negativos.

Siempre se habla de efectos negativos cuando de la edad se trata, pero se dejan de lado oportunidades y posibilidades que nos regala la madurez. Lo que no muchos mencionan y que también viene con los años es lo siguiente:

Enfocarse en las fortalezas puede permitir que te sientas aún más saludable que a los 20.

No hay edad para sentirnos mejor, los años muchas veces nos dan experiencia, adquirimos más confianza y conciencia sobre cómo cuidarnos.

No te limites en tu presente con frases como: "ya no tengo 20" "con 20 sí podía"... ¡Se puede siempre!

Solta el jóven de 20 concentrate en tu presente, en todo lo que podes lograr y mejorar con el cuerpo de hoy. Aprovechá tu sabiduría y tu madurez.