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¿Qué hay del postre?

¿Qué hay del postre?

El postre es parte de un hábito que vamos formando desde que somos chiquito o incluso lo incorporamos siendo adultos. En general se trata de alguna preparación dulce al término del almuerzo o cena.

Algunos lo podemos relacionar con ocasiones especiales pero para otros forma parte de lo diario. El famoso postre suele presentar azúcares, grasas y aditivos, una combinación altamente adictiva.

Deseo o dependencia

El postre es un hábito que lo generamos a medida que lo aprendemos y lo llevamos a la práctica, es algo que puede estar arraigado desde pequeños, incluso de adultos también podemos repetir esta acción. Claro que cuando lo tenemos desde la infancia está mucho más incorporado.

Cuando se hace un hábito ya no se trata de un deseo particular, sino más bien se genera una acción automática y repetitiva.

¿Cuál es el problema de incorporar el hábito del postre? Es una comida que aporta energía extra y en general se busca ese sabor dulce a través de productos azucarados o con un sabor muy concentrado, que en muchos casos genera dependencia y el famoso "lo necesito".

El paladar se educa con la exposición reiterada de sabores, por lo que si al término de cada comida dependemos del sabor dulce, estaremos acostumbrando a ese paladar y el cuerpo "lo pedirá".

Este hábito va a tener repercusión en el resto de la alimentación, por un lado aportando calorías extras de baja calidad, lo que va a influir en cualquier tratamiento para mejorar la composición corporal. También puede afectar al resto de las decisiones alimentarias del día, ya que incrementará la ansiedad y la preferencia por productos ultraprocesados.

Postre ocasional 

Poder decidir cómo y cuándo, sin que la ansiedad y la dependencia nos lleve a comer un postres, es un gran logro. Poder ser consiente de los deseos y la circunstancia. El postre es ocasional, es eventual y se debe disfrutar como tal.

Cambiar el hábito
Modificar un hábito no es tarea sencilla, pero no es imposible, solo se necesita voluntad, conducta y constancia. ¿Cómo dejar de depender del postre?
  • En primer medida, cambiar el tipo de postre puede ayudar a disminuir la dependencia. Dejar de lado los ultraprocesados y optar por opciones más naturales (en nuestra sección de Recetas podrás encontrar muchas opciones).

  • Más allá de cambiar la opción, se debe ir dejando de lado el hábito, empezar a no realizarlo todos los días y discontinuarlo. Esto ayudará a ir consumiéndolo menos automáticamente.

  • No repetir ciertos mensajes como "lo necesito", "mi cuerpo me lo pide", de esa forma se refuerza la dependencia. Cambiá los mensajes por "me acostumbré", "lo repetí muchas veces", "lo voy a trabajar".

  • Cambiar la rutina, revisar qué se hace al término de la comida principal. Muchas veces, determinadas acciones previas colaboran con el mantenimiento de hábitos. Revisar y realizar pequeños cambios que ayuden.

  • Tener paciencia, modificar hábitos lleva tiempo y constancia. Tener confianza es clave.
Tener el poder de las decisiones alimentarias nos lleva a un mayor bienestar.

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