Muchas veces sentimos molestias en diferentes zonas de la espalda y directamente culpamos a la actividad o esfuerzo que sea que hayamos realizado. 

Sin embargo, según múltiples estudios se ha demostrado que estos dolores no suelen presentar una problemática puntual. Puede que surja luego de haber hecho un gran esfuerzo, pero no necesariamente significa que sea un problema crónico.

El problema es el tratamiento posterior a un dolor, ya que se suele recomendar reposo total, analgésicos, inyecciones, cirugías, entre otras medidas que tratan la sensación del dolor, pero no atacan la causa del problema e inclusive pueden llegar a intensificarlo.

Los dolores pueden ser agudos, luego del esfuerzo en cuestión, pero una vez detectado el daño, el cuerpo empieza a repararlo, pasando por las etapas de inflamación, proliferación y remodelación. Nuestro organismo tiene una gran capacidad de autocuración.

Es por esta razón que lo mejor que podemos hacer, salvo que notes síntomas graves (como dificultad para mantenerte de pie, pérdida de sensibilidad o problemas para orinar) es no interferir con el proceso de regeneración, manteniendo la actividad física que permita tu lesión.

Si se mantiene de manera moderada, lograrás la recuperación en unas semanas o pocos meses, ahorrarás en costosos medicamentos y en los graves problemas que pudieran producirte. Además, si entendemos que los dolores de espalda no están asociados a un daño relevante, es lógico que los tratamientos habituales fracasen con frecuencia.

Mantener el ejercicio, ese es el mejor tratamiento contra el dolor crónico de espalda. De esta manera, atacás el problema de raíz, sumando mayores posibilidades de movimientos, aumentando la fuerza, mejorando la circulación y el sistema nervioso. Realizando ejercicio tendrás una espalda fuerte, lo cual significa una espalda sana. Para ello se deben incluir ejercicios que trabajen todo el cuerpo siempre, haciendo hincapié en los músculos de la espalda y el abdomen para proteger la columna.

La alimentación de calidad  juega un papel importante en la recuperación y la desinflamación.

Descanso y buen sueño, son importantes para la recuperación, para sentir menos dolor y fortalecer tu musculatura.

Probá moviéndote de manera inteligente y sosteniendo hábitos saludables y esas molestias que pudieran surgir por esfuerzos mayores, serán solo temporales.