Al realizar los ejercicios de calentamiento, el organismo comienza a activarse provocando que las arterias coronarias se dilaten, permitiendo una mayor circulación. De esta forma, aumenta y mejora el aporte de nutrientes y la remoción de desechos circulantes en el cuerpo. 

A nivel muscular, la entrada en calor mejora la fuerza y la contracción, ayuda a que los tendones se tornen más flexibles, provocando una menor resistencia a los cambios de longitud (contracción y relajación). 

Además, psicológicamente te prepara y da tiempo para introducirte en la actividad y al esfuerzo a realizar luego en la actividad principal.

No entrar en calor provoca que el músculo esté frío y sea más propenso a lesionarse, debido a que no tendrá la suficiente oxigenación, tono y nivel de viscosidad necesario para trabajar adecuadamente. 

Es así que te recomendamos que siempre hagas la entrada en calor, dedicando 10 minutos al comenzar tu rutina.

Comenzá con 5 minutos en bici para ir aumentando de a poco la temperatura y circulación sanguínea, para luego realizar una serie de ejercicios de estiramientos dinámicos, donde cada posición no debe mantenerse más de 3 segundos. Esto ayudará a activar en forma localizada las distintas zonas del cuerpo para que generen una menor resistencia a la amplitud del movimiento y se vayan preparando para enfrentar la actividad principal.

A continuación, te mostramos el circuito de ejercicios que mencionamos anteriormente: