El término cuántas veces hace referencia a la cantidad de algo en particular, dentro de un período. No es otra cosa que la frecuencia y, en este caso, de estímulos de ejercicio dentro de una semana.

Cuando hablamos de la frecuencia de entrenamiento, tenemos que referirnos también a la recuperación del mismo, ya que es tan importante el tiempo de entrenamiento como el tiempo de descanso. 

Si bien es necesario tener una vida en movimiento, nuestros estímulos deben ir de la mano de una recuperación adecuada. Tenemos 2 maneras principales para fomentar la regeneración de nuestro organismo:

En este ámbito, cuando hablamos de pausas nos referimos al tiempo de recuperación que le damos a nuestro cuerpo entre un estímulo y el otro, el cual no implica necesariamente 'cero' movimiento, ya que si administramos bien las variables mencionadas se puede entrenar con gran frecuencia sin llegar a la fatiga.

Si bien no existe una frecuencia que se considere "la mejor", todos coinciden en que el ejercicio debe ser incluido la mayor cantidad de días posibles, siempre con una adecuada planificación. De esta forma, al organizar un entrenamiento se distribuyen los tipos de trabajo y los diferentes grupos musculares, siendo la recomendación general que la frecuencia a trabajar, por zona muscular, sea entre 2 y 3 veces por semana, con un descanso de 48 a 72 h entre estos estímulos.

El hecho de que haya que dar un intervalo de tiempo para un entrenamiento muscular específico, no quiere decir que se deba dejar de entrenar. Se trata de alternar los tipos de trabajo y los grupos musculares en cuestión.

Lejos de eso, si no tenemos en cuenta que los músculos se construyen en su descanso luego del ejercicio y no les damos esa recuperación, veremos poca evolución en nuestro cuerpo.