Muchas veces ir a un gimnasio se vuelve complicado, por varias cuestiones: aspectos económicos, la distancia, la falta tiempo, no coincidir con los horarios del gimnasio, etc.

Desde FIIT siempre aconsejamos que asistas a un gimnasio, no solo por los elementos y equipamientos necesarios, sino también porque hay profesionales a cargo que estarán supervisando la ejecución de los ejercicios, cuidando las posturas, que la carga sea la adecuada, que no te golpees, que no sufras lesiones, etc. Sin embargo, el hecho de que sea aconsejable no quiere decir que si no tenés eso disponible, sea un impedimento para entrenar. Es entendible y es real que existan complicaciones, pero no son excusas para dejar de moverse.

Podés entrenar en tu casa y conseguir muy buenos resultados también. Solo hacen falta ganas y decisión. Querer hacerlo y decidirse a hacerlo.

Primero que nada, aprender muy bien cómo se debe realizar el ejercicio, ya que el mismo tiene una técnica específica por dos razones: por un lado, porque sirven para activar ciertos músculos que de otra manera podrían no activarse correctamente y, por otro lado, porque hacer los movimientos de la manera recomendada previene lesiones por malas posturas.

Luego, se debe practicar para poder lograr la técnica. Para ese momento sería recomendable que utilices un espejo para que vayas viendo tus movimientos a medida que vas adquiriendo consciencia corporal.

Una vez que domines la técnica, llega la hora de agregarle dificultad de distintas maneras:

Algunos elementos que son espectaculares para entrenar y que sería muy beneficioso que adquirieras para mejorar tus sesiones de entrenamiento, son: bandas elásticas, fitball, mancuernas, barras de peso, discos, tobilleras, TRX, step, bosu, bastones, entre otros.

Sin embargo, si no podés conseguirlos, ¡podés construirlos!

¿Cómo? A continuación, te compartimos algunas ideas de cómo reemplazar los elementos que mencionamos anteriormente:

Nada es imposible, todo puede lograrse.