El golpe de calor es un aumento brusco de la temperatura corporal, ocasionada por las altas temperaturas climáticas, lo que provoca síntomas como dolor de cabeza, complicaciones para respirar, náuseas, mareos, enrojecimiento de la piel, sudoración excesiva y fiebre, entre otros. 

Es importante tomar medidas de prevención y tener aún más cuidado en los niños y niñas, los mayores de 65 años y las personas que padecen enfermedades crónicas (cardíacas, hipertensión, obesidad, diabetes, etc.), ya que son los más vulnerables y un golpe de calor puede ser mucho más grave que en otras personas.

Tener presente siempre el agua. Es el líquido número 1 para hidratar, es el único alimento que no se reemplaza con nada. Lo mínimo son 2 litros por día, pero un día de mucho calor se debe tomar más.

No hay que esperar a tener sed, ¡esa es señal de falta de agua! No se debe llegar a ese punto, beber un vaso de agua por hora, el hábito hay que practicarlo para que salga automático.

Estos alimentos aportan vitaminas y minerales, algunas en mayor requerimiento por las altas temperaturas. Aportan agua, importante para seguir hidratados. Las verduras deben estar de manera libre, tratando de incorporarlas tanto en almuerzo como cena, tienen pocas calorías y no hacen trabajar de más al hígado por lo que son una opción ideal para los días de mucho calor.

Las frutas deben preferirse enteras para no incorporar azúcar rápido al torrente sanguíneo y, si bien son positivas para el calor, su exceso puede ser contraproducente: 3 unidades distribuidas en el día dan todos los beneficios necesarios. Si tenés ganas de un jugo refrescante recomendamos uno de limón con jengibre, té verde frío o de cualquier vegetal como el pepino que aporta mucha cantidad de agua, micronutrientes y nada de azúcares.

Los jugos y gaseosas con azúcares y las bebidas alcohólicas deben evitarse, ya que son propensos a deshidratar, harán trabajar al hígado y elevarán la glucosa en sangre. Todos estos factores son contraproducentes para evitar un golpe de calor, así que tratar de no consumirlas en días de altas temperaturas.

 

Trabajarán de más el hígado, la vesícula y dará lugar a una digestión pesada. ¡Evitar estos alimentos en días muy calurosos! Además de que no son alimentos saludables, no será una buena elección darse ese gusto justo un día que se está abombado de tanto calor.

No debés dejar de incorporarlas esos días pero se pueden elegir fuentes que no generen tanto trabajo digestivo. Las mejores: huevos, claras, pollo (sin piel) y pescado. Si se desea algún corte de vaca o cerdo, eligir el más magro.

Buscá los horarios que resulten más cómodos y elegí el entrenamiento adecuado para ese día. Si ya sentís decaimiento, será mejor realizar una actividad que no sea muy intensa.

Usá ropa liviana, fresca y clara. Si vas a estar en el sol, procurá protegerte con un gorro y protector solar.