Las agujetas traen consigo una serie de preguntas que, en algunos casos, son causantes de mitos, como “si te duele es porque entrenaste bien” o dudas como por qué se producen, cómo se pueden evitar o reducir una vez aparecidas y si se puede entrenar con agujetas o no.

Cuando hablamos de agujetas estamos haciendo referencia a ese dolor que aparece luego de haber hecho algún tipo de actividad física. La misma suele presentarse luego de las 14-26 horas de haber entrenado, teniendo su pico máximo a las 48 horas y pudiendo extenderse por varios días más.

Esta molestia tiene mayor relación con el hecho de que se haya producido un daño muscular, donde los microtraumas en las fibras musculares generan procesos inflamatorios y acumulan distintos compuestos. Además tiene su causa en que, al entrenar, el sistema nervioso también es activado, desarrollado y estimulado, sensibilizándose receptores del mismo, lo cual ocasiona dolor no sólo a nivel local, sino a veces también a músculos no ejercitados pero que forman parte del mismo segmento espinal.

Tanto para prevenir como para una vez que haya aparecido el dolor, puedes intentar minimizarlo o controlarlo teniendo en cuenta los siguientes consejos:

Post ejercicio:

Otras cuestiones a tener en cuenta, que como dijimos suelen generar mitos o confusión al respecto, es el hecho de que se crea que un entrenamiento es “bueno” si hay dolor. La realidad es que, si bien la hipertrofia está relacionada con el daño muscular y el dolor también, no necesariamente tiene que darse siempre.

Sin embargo, hay veces que es inevitable que aparezca, más si tenemos en cuenta que hay personas que realizan ejercicio por primera vez o hace mucho tiempo no entrenan. Pero, no hay que creer que siempre que hay dolor hay daño muscular, por ende sinónimo de hipertrofia, porque no son indicadores reales. Como dijimos, si se realiza un proceso progresivo en dificultad e intensidad, este dolor debería ser mínimo o nulo cada vez que se presenta un desafío mayor.

Entonces, se puede progresar sin sufrir agujetas y el hecho de sufrirlas no refleja un entrenamiento más efectivo. Por tanto, si es posible evitarlas, mejor.

Anteriormente, en las recomendaciones dijimos que es mejor seguir realizando algún tipo de movimiento que hacer nada pero teniendo en cuenta que mientras estén las agujetas, tanto la fuerza como la amplitud del movimiento se reducen, por lo que es importante ajustar la intensidad. Si se entrenase más fuerte o a una intensidad elevada, por hacer un mal movimiento o tener menos rango en el mismo, podría generarse una lesión. Así que es mejor cuidar y prevenir problemas reduciendo las cargas, pero sin quedarse quieto a no ser que el dolor sea realmente muy fuerte. De ser así, entonces date un pequeño descanso de 24 horas.

Dicen que “lo que no te mata, te fortalece”, y en cierta forma, es cierto. En este caso, el dolor que sientas hoy luego te fortalecerá y, a su vez, el cuerpo se irá acostumbrando a que esto ocurra, por lo que en cada nuevo entrenamiento el sufrimiento se irá reduciendo.