¡No desechemos nutrientes!

Muchas veces desechamos partes de los alimentos con muy buena fuente de nutrientes. Empecemos a aprovechar bien nuestros alimentos y por lo tanto incorporaremos aportes nutritivos a nuestra salud.

Veremos un poco esas partes más eliminadas y super saludables:

Hilos de la banana: es clásico sacarle los hilos, no sabemos muy bien por qué lo hacemos, pero lo cierto es que nos acostumbramos a ello. Estos hilos nos aportan inulina, un prebiótico para nuestro intestino ¡así que no los desechemos más! Los hilos que quedan en la banana no los saquemos, y hasta podemos raspar la parte interna de la cáscara (si no nos gusta consumirlo así, podemos incorporarlo en el licuado u otras preparaciones).
Tallo de la acelga: generalmente se utilizan las hojas y los tallos se descartan, pero estos tienen lo mismo y hasta algunos minerales en mayor cantidad. Se destaca el magnesio, el potasio y principalmente en los tallos el iodo, mineral que no se encuentra en abundancia en los alimentos que no sean de origen marino. Lo que sí debemos saber es que la hoja y el tallo tiene distinto tiempo de cocción, debiendo cocinar por más tiempo a los tallos. Luego pueden incorporarse en una ensalada, tortilla, o rebozados como milanesa. ¡En todas sus formas queda riquísimo!
Tronco del brócoli: tal vez por su dureza es que decidimos tirarlo, pero solo debemos aprender a prepararlos. Podemos pelarlos (ya que la parte de afuera es más fibrosa y la de adentro más carnosa) los cortamos, picamos, cocinamos y/o hacemos puré. Nos aportan micronutrientes como los que presenta la cabeza del brócoli, pero además, solo la parte del tronco contiene una sustancia llamada sulforafano, un antioxidante fitoquímico que tiene propiedades antiinflamatorias y protege a las células del daño del ADN.

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Frutas muy maduras: nos puede pasar que se maduran muy rápido las frutas y ya no se encuentran apetecibles para consumirlas. Antes de llevarlas al tacho de basura recordemos lo que podemos hacer con ellas: mermeladas (la fruta madura es perfecta para esta preparación además de que al estar más dulce no será necesario agregar demasiada azúcar o edulcorante), tortas, galletas y helado, la fruta madura tiene más azúcar natural por lo que es más dulce, dando a la preparación este sabor reemplazando la utilización de otros endulzantes como el azúcar.
Semillas de calabaza: cuando llegamos a esa parte del calabacín o calabaza, solemos tirar todo junto con las semillas, pero tenemos justamente semillas, alimento rico en grasas esenciales, vitamina y minerales... ¡no las tiremos! Las sacamos, lavamos y las dejamos en remojo unas 4 horas, después podemos consumirla así o en una sartén las secamos un poco (no tostar demasiado para no dañar sus grasas) y podemos agregarle si deseamos un poco de sal.
Yema de huevo: esta parte del huevo antes era el mal y siempre se tiraba. La realidad es que nos aporta vitaminas y minerales super importantes, además de proteína y grasas. Solo debemos tener en cuenta su aporte diario, ya que aveces lo que se puede comer de yema y de clara difiere, simplemente porque aportan distintas cosas no porque uno sea bueno y el otro malo. Dos yemas por día está perfecto.
Cáscara de huevo: esto no lo vamos a comer, pero lo podemos triturar y usarlo como abono para nuestras plantas.

¡Ahora que tenemos la información lo llevemos a la práctica! No solo contribuiremos a nuestra salud y a la ecología sino también a nuestra economía.

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