Musculación y cardio: las bases del entrenamiento
El entrenamiento planteado en el Método FIIT consiste, por un lado, en realizar musculación a través de trabajos de fuerza y con pesos desafiantes para crear masa muscular, lo que aumentará el consumo de calorías.
Los ejercicios de musculación son claves para lograr un cambio en la composición corporal. No solo mejorará en lo estético, sino también en la calidad de vida. El músculo es un tejido que requiere de energía. Al realizar trabajos de fuerza y aumentar su tamaño demandará mayor consumo energético, por lo que no solo requerirá más energía durante el ejercicio sino que también estando en reposo, recurriendo al consumo de calorías para obtenerlo.
Aumentá el gasto calórico
Entonces, la prioridad debe ser acelerar nuestro metabolismo y así el número de calorías que se quemarán a lo largo de un día. El trabajo con pesas será, precisamente, un buen aliado, porque además de impactar en el metabolismo por su intensidad (este punto es importante: el esfuerzo debe ser alto y no prolongado), fomentará la formación de nueva masa magra, la cual requerirá de un mayor gasto calórico.
Sumale cardios
Por otra parte, es necesario realizar trabajos cardiovasculares, los cuales fomentarán la pérdida de grasa corporal. Debés hacerlos después de tu rutina de musculación o separado del mismo durante el día, pero nunca justo antes, ya que es fundamental que, en la rutina de musculación, tengas la energía totalmente disponible para levantar pesas y crear músculos y no a medias por haber hecho el cardio antes. Al hacerlo de esta manera, fomentás el uso de los nutrientes para trabajar la musculatura y luego, en el cardio, solo queda gastar la energía sobrante y quemar grasa.
Existen distintas opciones de ejercicios cardiovasculares, los cuales debés variar e incorporar a tu vida para estimular las distintas fibras que componen los músculos, favoreciendo así a los distintos sistemas de tu organismo. Siempre que realicés alguno de los cardios debés sentir que te cuestan. Esto se logra respetando los ritmos y esfuerzos que caracterizan a cada uno, manteniendo las pulsaciones aceleradas según corresponda.
Trabajando el músculo con rutinas de musculación acompañadas de ejercicios cardiovasculares, cambiarás tu composición corporal.
Mejorarás el aspecto en cuanto a lo estético, modelando la figura, reduciendo la flacidez, celulitis, etc. Mejoraras tu calidad de vida, el funcionamiento del cuerpo en general y la salud de cada órgano que lo compone en particular. Al cambiar tu cuerpo, prevendrás enfermedades producidas por el sedentarismo y la poca actividad física, como la diabetes, la obesidad, el síndrome metabólico, malestares, alteraciones en el sistema nervioso, etcétera.
Por último, cabe aclarar que debe existir un equilibrio entre la musculación y el ejercicio cardiovascular para poder conseguir los resultados esperados. No se reemplazan el uno al otro, se complementan.
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