Las proteínas de alto valor biológico (completas en todos los aminoácidos esenciales para el cuerpo) se encuentran en los alimentos de origen animal como carnes (vaca, cerdo, pescado, mariscos, pollo, pavo, etc.), huevos y lácteos. Hay proteínas en alimentos de origen vegetal, pero la mayoría no son completas en aminoácidos y, las que lo son, no son aprovechadas por el organismo correctamente o plenamente, ya que la presencia de otros compuestos interfiere en su correcta absorción.

Las proteínas son aliadas a la hora de tener un cuerpo magro, con menos grasa y más masa muscular.

Incorporar alimentos proteicos marca la diferencia a la hora de construir masa muscular y bajar grasa. En desayunos y meriendas se pueden incorporar claras de huevo, por ejemplo.  

Había una creencia que al consumir mucha proteína era dañino para los riñones. La realidad es que es muy poco probable llegar a consumir tanta cantidad de proteínas por medio de los alimentos naturales, como para que ocasionen ese daño. Sí deben tener más cuidado las personas con insuficiencia renal.

El exceso de cualquier macronutriente es dañino. La clave está en el equilibrio, pero se demoniza a la proteína (en relación a los riñones) y no a los carbohidratos en forma de harinas y azúcares, cuyo abuso es el responsable de la mayoría de las enfermedades crónicas que hoy sufre nuestra sociedad, como obesidad, diabetes, arterioesclerosis, etc.

Todo exceso es malo. Pero si comemos la porción adecuada durante el día, el cuerpo la aprovecha al máximo.

Lo bueno de incluir proteína es que, indudablemente, bajaremos el consumo y evitaremos el abuso de estos carbohidratos refinados, previniendo la aparición de las enfermedades ya mencionadas. La proteína en porciones adecuadas y tomando suficiente agua, ¡no puede ocasionar ninguna enfermedad, sí muchos beneficios!

Sin la presencia de este macronutriente sería imposible para el organismo todo proceso de formación, crecimiento, cicatrización y/o regeneración. Es la proteína la protagonista a la hora de estructurar nuestro cuerpo. Debido a la importancia que tiene para todo el organismo, su aporte y consumo diario es fundamental. Hay que incluirlas en todas las comidas, ya que ayudarán a construir músculo, a reparar tejidos y a controlar el apetito.

Consejo: elegir cortes magros en las carnes, claras todas las que quieras, yemas hasta dos por día.