Siempre que las claras estén presentes en preparaciones, aumentarán el valor nutricional de las mismas. También hacen que las comidas tengan una respuesta metabólica diferente, evitando un aumento exagerado de los niveles de glucosa e insulina en sangre, retardando la digestión y absorción del alimento, otorgando mayor poder de saciedad y mayor gasto calórico en digerirlo. 

Además de aportar todos estos beneficios, son un alimento muy versátil para su consumo, pudiéndose utilizar en cualquier tipo de preparaciones, dulces o saladas, como panqueques de verduras, omelettes, wafles, wraps, tortillas, budines y muchas más.

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Un tip muy bueno es separar las claras de las yemas que usaremos para dos días en un recipiente. Es más práctico que tener que partir cada huevo y separar la yema cada vez que tengamos que cocinar. De esta forma, lo realizaremos una vez cada tanto y las tendremos siempre disponibles.

Si nos sobran yemas, podemos hacer una mayonesa fit, que podemos agregar a ensaladas u otras preparaciones, pero es importante no abusar y utilizar sólo una cucharada. Otra opción es hacernos un baño de crema por semana con las yemas de los huevos, o directamente tirarlas, quizás al principio nos da un poco de lástima, pero es como cuando separamos la grasa del asado o la piel del pollo. Si bien la yema aporta muchos nutrientes, y debemos incorporarla todos los días, es menos la cantidad por día en comparación con las claras.