La energía que brindan los alimentos, se mide en el cuerpo en calorías (o kilocalorías). El mismo necesita una cierta cantidad de calorías para cumplir con sus funciones, por lo que todo lo que se le brinde de más se acumula en forma de grasa. Esto sucede debido a que fuimos diseñados para la supervivencia, para valorar cada comida como si fuera la última, ya que antes comíamos lo necesario y constantemente nos movíamos escapando de las distintas amenazas. Este cuerpo que nos han asignado muy bien pensado, sigue siendo el mismo de antes, pero ahora dentro de un contexto distinto, rodeado de confort. Es así que tenemos el Gen de la era Paleolítica, el cual cuida cada caloría, en un mundo en el que todo está al alcance de un control o de una subida al auto, sin necesidad de escaparnos de nada, ni de movemos tanto. Es por esto que se torna necesario que busques salir de ese confort y comiences a moverte cada vez que puedas, como ir caminando a tu trabajo por ejemplo o usar las escaleras en lugar del ascensor, aparte de sumar una rutina de entrenamiento y una alimentación adecuada.

En el metabolismo intervienen dos tipos de actividades: la fabricación de tejidos corporales y la creación de reservas de energía (conocida como anabolismo o metabolismo constructivo) y la descomposición de tejidos corporales y de reservas de energía para obtener el combustible necesario para las funciones corporales (llamada catabolismo o metabolismo destructivo). La velocidad y el sentido en que se producen esos procesos metabólicos están regulados por el sistema endócrino, como la tiroxina (que se produce en la glándula tiroides) y la insulina (que se produce en el páncreas).

A veces, el sistema metabólico falla y ocurren los llamados trastornos o enfermedades metabólicas. La mayoría ocurren porque hay enzimas u hormonas que se concentran de manera anormal en la sangre o no funcionan correctamente. El problema está en que hay ciertas sustancias que si no se pueden metabolizar o se metabolizan mal pueden causar dificultades graves. Por eso, las complicaciones del metabolismo deben tratarse y controlarse.

Algunas de las enfermedades son:

La mayoría pueden ser tratadas con medicamentos y/o alimentación y entrenamiento adecuados, de esta forma pueden llevar una vida normal.

Hay ciertos hábitos que puedes adoptar que pueden ayudar a que tu metabolismo funcione correctamente y te ayude a acelerarlo, si es que eres de tener un metabolismo lento.

Antes que nada debes llevar una alimentación saludable. Esto es inevitable, ya que cuando comemos un alimento, unas moléculas del sistema digestivo denominadas enzimas descomponen las proteínas en aminoácidos, las grasas en ácidos grasos y los hidratos de carbono en azúcares simples (como la glucosa). Estos compuestos son absorbidos por la sangre, la cual los lleva a las células en donde otras enzimas aceleran o regulan las reacciones químicas necesarias para “que se metabolicen”, o sea, que se procesen de modo que se libere o se almacene la energía. Es así que dependiendo de lo que comas puedes hacer que el metabolismo trabaje más o menos, como ser si incluyes proteína éste trabajará más que si sólo consumes carbohidratos. Del mismo modo que dependiendo de qué carbo elijas  y su correspondiente digestión, es que tendrás la energía disponible más o menos rápido, como así también la facilidad de su almacenamiento.

Algunos alimentos que colabora con un metabolismo saludable son: 

También debes llevar una vida involucrada en el movimiento. La forma que tenemos de gastar las calorías consumidas es con el ejercicio, además de que el mismo es el que te va a ayudar a cambiar tu composición corporal, ayudándote a crear más músculo, el cual consume más calorías en reposo que la grasa. Lo ideal es que realices una rutina de musculación a tu medida, más ejercicio cardiovascular, el cual puedes hacerlo alternando entre aeróbicos y hiits.