Se pueden consumir de diferentes formas, como por ejemplo, molerlas para hacer una harina de almendras, o también ponerlas en la procesadora con agua para hacer leche de almendras. 

Lo que tenemos que tener bien presente a la hora de consumirlas es elegir aquellas naturales y no tostadas (ya que este proceso disminuye, elimina o desnaturaliza parte de los nutrientes), y cuidar la porción, debido a que su valor calórico es alto. 

La recomendación va a depender de cada persona, según su sexo y actividad física. Lo importante es incluir este tipo de grasa todos los días y con los alimentos que más nos gusten, preferentemente por la tarde-noche porque no elevan el índice glucémico.

| Encontrá la información nutricional de la almendra en nuestro Diccionario. |

Ahora que estamos informados, podemos tenerlas en cuenta para las meriendas o como un snack saludable y accesible. Un puñado de este fruto seco (30g) es muy bueno y nos ayudará a estar en forma.

¡Incorporemos alimentos naturales y nutritivos a nuestro día a día!