Imaginemos que el cuerpo humano es un auto, por lo que nuestra sangre vendría a ser el combustible que hace funcionar el motor de ese auto. Por lo tanto, si el combustible que le cargamos es de mala calidad, el auto por más bueno que sea, va a comenzar a fallar. Lo mismo sucede con nuestro cuerpo, si el combustible (la sangre) que lo está haciendo funcionar no se encuentra en perfecto estado, éste va a comenzar a denotar una o varias patologías con el tiempo.

La calidad de nuestra sangre, la determina, entre muchas otras cosas, la hormona tiroidea. Si ésta se encuentra desequilibrada, nuestra sangre será de mala calidad y por lo tanto nuestro cuerpo no va a funcionar de la mejor manera, provocando que no logremos tener un peso adecuado, por más que probemos todas las dietas y tipos de entrenamientos. Además, se le suman síntomas como cansancio excesivo sin saber por qué, ansiedad, cambios de humor repentinos, pelo seco, uñas débiles y algunas cositas más.

Es muy importante controlar el funcionamiento de la glándula tiroides, ya que segrega y libera al torrente sanguíneo dos hormonas, T3 y T4, las cuales son indispensables para nuestro metabolismo. Las hormonas tiroideas son las que determinan la velocidad, potencia y reacción de nuestro metabolismo, es decir, el motor, de nuestro cuerpo. Entonces, primero que nada, si queremos comenzar a cuidarnos y tener resultados debemos hacernos los análisis de tiroides, porque es indispensable para poder estar saludable, y segundo, para conocer tu cuerpo, tu metabolismo y así adaptar tu nutrición y entrenamiento de la mejor manera para tu bienestar. ¿Te hiciste alguna vez un análisis de tiroides?