La OMS (Organización Mundial de la Salud), se refiere a obesidad cuando el IMC (Índice de Masa Corporal) es mayor o igual a 30. Si bien esto es real, hay que tener presente que es solo un indicador que no considera la composición corporal (% de musculo y % de grasa), como tampoco tiene en cuenta el sexo y los rangos etarios.

La mayoría de las personas creen que la obesidad es un estado, pero esto no es así, ya que en realidad es una enfermedad crónica.

Todas las personas nacemos con un número determinado de adipocitos (células grasas), esto es algo genético. Cuando la persona alcanza la obesidad, este número de adipocitos se multiplica, por que ya no eran suficientes los que había para almacenar tanta grasa. Si la persona sigue con el aumento de peso, éstos aumentan su tamaño hasta no dar abasto y volverse a multiplicar y así sucesivamente. Estos adipocitos multiplicados y voluminosos pueden reducir su tamaño cuando la persona comienza a bajar de peso. Incluso, con tratamientos adecuados, la persona puede llegar a pesar lo que pesó antes de su obesidad, pero lo que hace que esta enfermedad sea tan peligrosa y crónica es que, por más que dicha persona vuelva a su peso inicial, nunca más va a volver a su número inicial de adipocitos. Los mismos que se multiplicaron pueden reducirse de tamaño, pero no desaparecen del organismo, representando un peligro constante para la salud de dicha persona, si esta se descuida.

Es por todo esto que cuando un obeso adelgaza e inclusive se convierte en una persona delgada, su cuerpo nunca más va a ser delgado por naturaleza, sino va a ser un obeso recuperado. Esta es la gran y abismal diferencia entre sobrepeso y obesidad. 

El sobrepeso si se trata a tiempo se cura, ya que aquí únicamente se produjo un aumento de tamaño de los adipocitos iniciales y no una multiplicación. En cambio, en la obesidad la persona debe tratarse, teniendo mas conducta y disciplina en sus hábitos nutricionales y de entrenamiento, de por vida.

Esta enfermedad crónica está creciendo a nivel mundial, llegando a ser una de las principales causas de morbilidad y enfermedades no transmisibles, como diabetes, arterioesclerosis, ACV, infarto agudo miocardio, enfermedades degenerativas de las articulaciones, etc. La principal causa es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las gastadas.

Este problema, años atrás era solo perteneciente a países de altos ingresos, pero ahora se ha extendido a países de ingresos medios y bajos. En países de ingresos altos, básicamente el desbalance energético se debe al gran sedentarismo que exige la vida laboral, más la publicidad masiva y el uso del automóvil para todo. Pero en los países de ingresos bajos se encuentran en graves problemas, porque además de luchar contra enfermedades infecciosas y de desnutrición, coexiste ahora también la obesidad, producto del consumo de alimentos ricos en harinas blancas, azúcares, grasas y sal, que son los más económicos.

Realmente esta es una enfermedad para tomar conciencia. Los gobiernos y las políticas de salud deben cumplir su función educando y previniendo, pero nosotros debemos estar lo más informados y atentos posibles para poder reaccionar a tiempo ante cualquier caso.