Son innumerables las variables, como ser las publicidades, el ''mal'' marketing y cuestiones culturales, las que intervienen en el crecimiento de la obesidad, dándose cada vez más de manera incontrolable en edades tempranas. Esto supone un condicionamiento severo en la calidad de vida de las nuevas generaciones.

Algunas de las industrias de la alimentación, con tal de generar más ganancias, desarrollan a cualquier precio alimentos cada vez cargados de más calorías, compuestas de grasas y azúcares, vacíos en nutrientes y riesgosos para la salud. ¿Por qué? En simples palabras porque es más barato comercializar comidas industrializadas y porque puede generar, con su consumo frecuente, adicción.

La industria alimentaria invierte muchísimo y cada vez más en publicidad y ésta tiene como objetivo a nuestros niños, la población débil ante estos mensajes consumistas.

Es un negocio totalmente redondo. Te lo resumimos fácil: la publicidad busca impactar en la cabeza de los niños, los niños comienzan a demandar o pedir esos productos porque es lo que les dicen de manera linda en la TV, nosotros los compramos porque creemos que les hacemos un bien, ellos los consumen, al consumirlo van a disfrutarlo y a quererlo una y mil veces más, ya que tienen todo lo necesario para ser adictivos. Es un ciclo vicioso porque nosotros los volveremos a comprar.

Por otra parte, como ya sabemos que a nuestro hijo le gusta tanto ese alimento, lo comenzamos a usar como premio/castigo. Ejemplo: si termina la tarea, le doy de postre tal alimento, o lo llevo a comer a tal lugar. ¿Estamos o no en lo cierto?

Es aquí dónde ya caímos en la trampa, no sólo nosotros como padres, sino nuestros hijos que vendrían a ser las víctimas de un consumismo sin límites y a cualquier costo.

Para demostrarles cómo vamos siendo presos de este mercado nocivo para la salud, hay muchísimo de lo que podríamos hablar, pero comencemos antes que nada en darnos cuenta y empezar a tomar conciencia. Para ello, te dejamos un dato que te será útil: el paladar de un niño se educa y eso es nuestra responsabilidad. Si para su formación tratamos de elegirles y llevarlos al mejor colegio, entonces, con más razón, para su salud la mejor escuela está en la casa, en nuestras manos, en predicar con el ejemplo y en no dejarlos a la deriva ante un mundo que, con tal de vender, no mide las consecuencias.

No queremos asustarlos y decirles que hay que prohibirles todo, sólo debemos tratar siempre de: hablar mucho con nuestros hijos, concientizarlos y mostrarles que ciertos alimentos son ocasionales y otros son cotidianos. Entre lo ocasional y lo cotidiano hay una línea muy fina, pero que nuestros niños sepan utilizar esa línea es lo que les determinará salud o enfermedad en su vida actual y la calidad de su futuro.

Te compartimos una lista de alimentos ocasionales y cotidianos para tener en cuenta:

Ocasionales: 

Cotidianos:

Aquí podría terminar todo, pero hay un punto más que está afectando a nuestros pequeños: el sedentarismo. El movimiento es crucial para toda persona y más en niños y niñas que están en pleno aprendizaje motriz, pero... ¿por qué el movimiento en ellos se ve tan limitado cuando debería ser natural? Una vez más, el ambiente consumista nos tira a la quietud a través de computadoras, TV, juegos electrónicos, muchas veces los adultos por comodidad los dejamos que vean y vean, pero ¿y su salud? Otra situación muy frecuente es la limitación que imponemos los adultos: no te muevas, no corras, quedate quieto, sentate....y así. Los niños solo necesitan moverse, en bicicleta, en deportes o simplemente jugando... !