Las grasas estuvieron penadas por mucho tiempo, promoviendo una alimentación baja en ésta. Hoy en día se sabe que el foco estuvo mal puesto. Si bien son más calóricas y se debe consumir lo adecuado, lo que se debe prestar atención es el impacto en el metabolismo. Las grasas son uno de los tres macronutrientes esenciales para la vida. Es un nutriente que lleva a cabo el control y la regulación de muchísimas funciones en el organismo como: estructural (membranas celulares); protección de órganos; térmica (aislante de frío y calor); es energética, siendo el tejido adiposo la gran reserva de energía; facilita el transporte y absorción de vitaminas liposolubles; forma y regula hormonas; disminuye la ansiedad, el apetito y previene la depresión a nivel cerebral. Este nutriente a su vez se divide en distintos tipo: grasas saturadas, principalmente en alimentos de origen animal, en los de origen vegetal solo se encuentra en el coco y cacao, estas grasas fueron muy castigadas, si bien hay que regular su consumo, no se deben eliminar; las grasas insaturadas, dentro de estas se encuentran las esenciales, aquellas que el cuerpo no las puede sintetizar y es indispensable incorporarlos con la alimentación, estas grasas deben estar presentes en el día a día y se encuentran en semillas, palta, frutos secos, pescados, etc. Las que no deben formar parte de la alimentación diaria, son las grasas trans, ya que es una creación de la industria y estas si son dañinas para el organismo, no se encuentra en alimentos naturales sino que en todo aquello procesado e industrializado.