Las harinas refinadas generan adicción frente a un consumo excesivo y frecuente. De este modo, facilita una glucosa e insulina en sangre alta constante, colaborando con la aparición de enfermedades metabólicas (sobrepeso, obesidad, resistencia a la insulina, diabetes, hipertensión, etc.). Se prefieren panes elaborados con harinas integrales.

Si se desea puede consumirse, y es mejor opción que las galletas o panes blancos más procesados, pero se debe acompañar siempre de un alimento proteico (huevo, claras, carnes, quesos) y también fibra (vegetales o semillas) para reducir el impacto hormonal negativo. 

La cantidad va a depender del sexo, actividad física, el resto de alimentos ricos en carbos y objetivos, pero en general se puede consumir de uno a dos bollitos de pan. En personas que presentan intolerancia al gluten, evitar su consumo.